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Volver a entrenar tras el verano y las vacaciones: qué debes y qué no debes hacer
La vuelta a los entrenamientos puede convertirse en una auténtica tortura si no la encaramos como es debido. Con estos consejos, te adaptarás de nuevo a la rutina a la perfección.
01 Septiembre 2020
|Dicen que septiembre es el lunes de los meses. Es el momento en el que definitivamente regresamos de las vacaciones, y con nosotros todas esas preocupaciones que parecíamos haber olvidado en el mar, la montaña o las terrazas. Es también la época que marca el fin del verano con la misma crudeza que un lunes con respecto al fin de semana, y el comienzo de los oscuros (literalmente, dado lo pronto que anochece) meses de octubre a febrero, hasta que marzo se erige como ese jueves que parecía no llegar nunca y que nos devuelve al estado de euforia primaveral y veraniego, algo así como un fin de semana prolongado.
Septiembre es un nuevo comienzo, la vuelta a empezar. Una vuelta a empezar que cada año nos cuesta más, tanto física como mentalmente. Volver a la rutina laboral no le gusta a (casi) nadie, pero no nos queda más remedio. Por eso nos cuesta más regresar a la otra gran rutina de nuestras vidas, la rutina deportiva.
Sabemos lo difícil que es retornar el ejercicio con el nivel de entrenamiento e intensidad que teníamos por el mes de junio. Por eso, hay muchos que prefieren seguir haciendo deporte como si nada durante el verano, a pesar del calor y las altas temperaturas, o que aprovechan sus vacaciones en la costa para correr por la playa, practicar surf o seguir activos de una manera diferente. Todo sea para evitar la pereza que da volver tras hacer un parón.
Sin embargo, lo más probable es que, con el objetivo cumplido y tu torso lo suficientemente ejercitado, nos relajemos en verano y nos pasemos semanas sin hacer una sola actividad física realmente estimulante para nuestro cuerpo (el sexo aquí no cuenta). Y tampoco debería importante mucho. Primero, porque el verano está para desconectar. Segundo, porque un descanso nos puede venir realmente bien. Le sirve al cuerpo para recuperarse, recargar pilas y recuperarse al completo de esas pequeñas molestias en tendones y articulaciones que afectan a todo deportista que se precie.
Pero a estas personas que han optado por el descanso total también les llega septiembre, y en su caso no les queda otra que empezar casi de cero. Es entonces cuando nos encontramos con dos tipos de personas: los que tiran la toalla o los que se ahogan de tanto apretársela al cuello. Es decir, los que dejan de entrenar porque están sin motivación, o los que quieren recuperar el tono previo al verano en dos sesiones. Ambas actitudes son las que debes esquivar si no quieres llegar a octubre falto de forma o lesionado. Para ello, te dejamos los tres grandes consejos que debes seguir para volver a entrenar después del verano y las vacaciones.
Empieza poco a poco
Lo último que necesitamos es una lesión nada más empezar que nos corte aún más la progresión. Cuando en España se decretó el fin del confinamiento estricto y permitía salir a la calle a hacer ejercicio, medio país se calzó las zapatillas, muchos por primera vez en su vida, y salieron a hacer deporte sin cuidado alguno. El resultado, miles de lesiones.
Lo más visto
Por tanto, la norma es clara: empieza despacio. Si corrías, hazlo menos tiempo y a un ritmo más bajo, y ve aumentándolo progresivamente cuando realmente te vayas encontrando mejor, sin apresurarte. Si lo tuyo era el ejercicio en el gimnasio, acude tres días durante las primeras semanas con sesiones de 45 minutos bien aprovechadas. El sobreentrenamiento en esta situación puede jugarte una mala pasada en forma de lesión. Y empezar a entrenar con el frío de octubre o noviembre sí que da auténtica pereza.
Controla tus expectativas y ponte objetivos pequeños
A todos nos gustaría tener el cuerpo de Chris Hemsworth en 'Thor', pero la realidad es que hemos llegado a septiembre convertidos en el 'Thor' de 'Endgame'. Si ni el propio dios nórdico consiguió ponerse a tono en apenas unos días, tú ni siquiera lo intentes. Es decir, nada de plantearse objetivos irreales al volver a los entrenamientos, porque lo único que generarás es frustración. El cuerpo te responderá, pero sé paciente y dale tiempo. En caso de que lo tuyo sea el running, sabemos lo importante que es ponerse objetivos a corto, medio y largo plazo para mantenerte enganchado a la disciplina deportiva. Aun siendo conscientes de esto, durante estos primeros dos meses las marcas y tiempos a batir no deberían extralimitarse. Ya tendrás tiempo después para superar ese reto que te has planteado. Para lograrlo, hay que poner a tono el cuerpo antes.
Recupera hábitos de entrenamiento
Volver a la rutina deportiva no es solo entrenar. Requiere de una serie de procesos que debes recuperar lo antes posible. El descanso, y una alimentación e hidratación adecuadas, son fundamentales para recuperar el tono lo antes posible.
Pero, como sabemos lo que cuesta volver a tener ganas de entrenar, también hay otros hábitos de entrenamiento que pueden ayudarte a recobrar el ánimo por toda actividad física. Te dejamos dos trucos: deja preparada en la silla la noche anterior la ropa del gimnasio o del deporte que vayas a practicar. Si te está costando demasiado encontrar un mínimo de motivación, lo mejor que puedes hacer es convencer a un amigo para volver juntos a la carga. Te odiará, pero en unos meses te lo agradecerá.