Hacer ejercicio en verano: trucos para soportar el calor

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Guía para hacer ejercicio cuando el verano y las altas temperaturas lo ponen difícil

El ejercicio físico en los días más calurosos de verano puede llegar a ser una auténtica tortura, pero existen maneras de mantener la forma sin sufrir los efectos negativos de las altas temperaturas. La larga 'operación bikini' no se puede ir al traste en la recta final.

Por Ramón Fernández  |  25 Junio 2019

El verano acostumbra a ser una época de comer mucho, beber más y hacer poco ejercicio. Es cierto que llevamos trabajando nuestro cuerpo durante meses para poder descansar un poco en las vacaciones. Igualmente, el calor no es un aliciente para querer salir a correr a pleno sol con más de 35 grados. Apetece más quedarse en el sofá de casa, mientras disfrutas de la felicidad que aporta el aire acondicionado (o en su defecto, ventiladores varios), si fuera posible con una cerveza que te congele las manos. Sabemos que es duro, pero no podemos desaprovechar el arduo trabajo de los nueve meses de 'año escolar' cayendo en la horizontalidad perpetua, que solo nos lleva a perder lo ganado anteriormente.

El aire acondicionado y el sofá tiran mucho, pero la fuerza de voluntad debe imponerse
El aire acondicionado y el sofá tiran mucho, pero la fuerza de voluntad debe imponerse Giphy

Evita las horas centrales del día

Siempre hay formas interesantes de hacer deporte en verano. El primer cambio que debes hacer en la actividad física veraniega es el horario. Salvo las añoradas tormentas de verano que refrescan temporalmente el ambiente, las horas de sol pueden llegar a resultar verdaderamente agobiantes, por lo que se aconseja hacer ejercicio a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde. No todo el mundo tiene la misma facilidad para madrugar, y al hacerlo levantarse con energía, pero en los días más áridos, el amanecer es el único momento relativamente fresco del día, y además, aunque parezca una tontería, suele ser la hora en la que se riegan muchos jardines, por lo que el aire se aligera aún más.

Fase de aclimatación

El calor también tiene sus ventajas. Durante esta época del año los músculos sufren menos y necesitan menos calentamiento que en invierno, pues con el frío se encuentran en tensión y es más fácil que se produzcan ciertas lesiones. Aunque, eso sí, el cuerpo debe acostumbrarse a esta nueva temperatura. Para ello, cuando se produzca la subida en el termómetro, es aconsejable bajar la intensidad del ejercicio, para que el cuerpo pueda aclimatarse a las nuevas condiciones, y nuestros mecanismos termorreguladores se comporten de la forma correcta.

Los golpes de calor son respuestas del organismo ante un esfuerzo excesivo
Los golpes de calor son respuestas del organismo ante un esfuerzo excesivo Shutterstock

Por supuesto, si se quiere seguir ejercitando el cuerpo durante el verano es importante utilizar la indumentaria adecuada. El calor y la actividad provocan niveles de sudor mucho más altos que el resto de meses del año, y por lo tanto debemos utilizar ropa transpirable. Además, si no te queda otra y tienes que hacer ejercicio durante las horas centrales del día, es esencial la hidratación constante y usar gorra para evitar los temidos golpes de calor. De hecho, aunque se les dé poca importancia, los golpes de calor son una de las causas de muerte más habituales relacionadas con el ámbito deportivo, pues se alcanzan unas temperaturas corporales elevadísimas, superando en algunos casos los 41ºC de temperatura, lo que genera alucinaciones, náuseas y otros efectos para nada deseados.

La sombra, mejor que el aire acondicionado


Preferentemente hemos de elegir practicar nuestro deporte en zonas de sombra, pero si esto no fuera posible, hay que protegerse correctamente de la acción del sol. Por ello utilizar crema protectora es importante, para no adquirir el tono rojo tan molesto en nuestra piel, y para evitar los problemas que puede ocasionar la excesiva exposición a la radiación solar a nuestra salud. En el caso de que las actividades a realizar sean de interior, que sea en una zona con climatización y la suficiente ventilación. Pero cuidado: el aire acondicionado puede ser traicionero si se pone con demasiada fuerza, por lo que, si al terminar la actividad, con el sudor que esto conlleva, te pones una sudadera hasta que el cuerpo vuelva a su temperatura habitual, evitas (como dirían muchas de nuestras abuelas) que el frío "se agarre" a la garganta.

Nada supera al agua en verano

La forma ideal para hacer verano es en el agua, con la natación. Ya sea de forma más profesional en una piscina, o simplemente nadar en la playa, en el río o en el lago, hacer ejercicio mientras te remojas es la mejor sensación. Un buen baño para ahuyentar el calor siempre apetece, y nos permite hacer ejercicios distintos a los que practicamos durante el año. Sin embargo, no por estar en el agua debemos dejar de lado las recomendaciones sobre los golpes de calor y el uso de crema protectora que hemos señalado antes. Además, como ya sabemos, debemos esperar un tiempo desde la comida al primer ejercicio acuático, no vaya a ser que nos dé un corte de digestión. Hay tiempo para todo.

En el agua, el ejercicio es más fácil, divertido y apto para todas las edades
En el agua, el ejercicio es más fácil, divertido y apto para todas las edades Shutterstock

Como se puede ver, hay muchos trucos para no dejar de hacer deporte durante esta época. Se acabaron las excusas, solo queda ponerse y disfrutar del verano. Porque para tener el cuerpo que deseas y mantenerte de forma saludable, la constancia es un valor imprescindible.

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