La historia de Mr. Olympia, la competición de culturismo más importante del mundo
Gracias a la flexibilidad en sus reglas, su increíble marketing y los suculentos premios, la competición de la IFBB consiguió desbancar a aquellas que dominaban el deporte en la primera mitad del siglo XX. Grandes nombres han salido de entre sus participantes que han servido para inspirar a otros y atraerlos al complejo mundo del culturismo.
13 Junio 2022
|Todo culturista sueña y trabaja duro para hacerse con el galardón de Mr. Olympia, el máximo reconocimiento posible en el culturismo. El título se le concede al ganador del concurso masculino en el Joe Weider's Olympia Fitness & Performance Weekend, competición internacional organizada anualmente por la International Federation of BodyBuilding & Fitness (IFBB), y el evento más importante de esta rama tan interesante y controvertida del bodybuilding.
Cada año, miles de personas se presentan para erigirse como el nuevo Mr. Olympia, pero solo llegar al fin de semana de la competición final es una odisea. Antes, hay que superar una serie de clasificatorios, conocidos como Olympia Qualifying Season. Para todos aquellos que caen eliminados, siempre pueden optar por el campeonato amateur recién creado, denominado Mr. Olympia Amateur, y celebrado en España, concretamente en Alicante, con cuatro ediciones a sus (anchas) espaldas.
Hoy repasamos la historia de Mr. Olympia: sus inicios, las personalidades que cambiaron para siempre el estatus de la competición, y muchas curiosidades en sus más de 50 años.
Los orígenes de Mr. Olympia
El primer evento de Mr. Olympia tuvo lugar en 1965 de la mano de Joe y Ben Weider, que anunciaron que la IFBB contaría con una nueva competición de culturismo que cambiaría la forma de ver el deporte para siempre. Hasta ese momento, los máximos reconocimientos del sector, Mr. America y Mr. Universe, eran bastante rudimentarios y no permitían ganarlo más de una vez. Mr. Olympia ofrecería a los atletas la posibilidad de competir y ganar dinero todos los años, independientemente de si ya habían ganado o no. El objetivo era crear un interés continuado en los atletas, que no se retiraran al ganarlo porque no tenían ninguna otra razón para continuar. Haciendo el deporte más longevo, la afición por el mismo sería mucho mayor, lo cual también les generaría a ellos más beneficios.
El primer evento tuvo lugar en la academia de música de Brooklyn, Nueva York, y coronó a Larry Scott, quien ya había ganado Mr. Universe un año antes y que repetiría como Mr. Olympia en 1966, victoria tras la cual se retiró, obteniendo el honor de ser el único en la historia en no haber perdido nunca un Mr. Olympia. El premio por ganar la competición por aquel entonces era de 1.000 dólares, una cifra casi millonaria por aquel entonces.
El premio y la repercusión del evento animó a mucha gente a participar en los siguientes Mr. Olympia. Los tres años siguientes estarían dominados por el cubano Sergio Oliva que se alzaría con el premio hasta ser batido por el nombre más conocido que ha salido de Mr. Olympia, el austriaco Arnold Schwarzenegger. El ahora actor y político ganó el concurso entre 1970 y 1975, y fue testigo e inspirador de los grandes cambios que experimentó Mr. Olympia en la década de los 70.
Lo más visto
Entre ellos, la celebración en sedes no estadounidenses: París en 1971; Essen, Alemania, en 1972. En 1975 incluso se celebró en Pretoria, Sudáfrica, donde tuvo lugar este momento icónico del que hablaremos más adelante.
Al margen de la sede, en los 70 también cambiaron las reglas del concurso, introduciendo un nuevo formato en el que dividían a los participantes por peso pesado y peso pluma, enfrentándose entre ellos en una final por el título de Mr. Olympia. El formato no acabó de convencer por lo que se retiró definitivamente de la competición tras unos años de prueba.
El salto a la fama
Aunque entre los culturistas Mr. Olympia generó interés desde la primera edición, los primeros años del evento no tuvieron demasiada repercusión. Pero fue a mediados de los 70 cuando Mr. Olympia pasó de la irrelevancia a vivir la edad dorada del torneo, en parte por una campaña publicitaria magistral y el impulso de la IFBB, que trabajó para que otros torneos rivales como Mr. Universe se anexionaran a Mr. Olympia.
Con el paso de los años la competición fue ganando más relevancia y atrayendo a un mayor número de participantes, lo que también les permitía tener mayor presupuesto. En 1975, el ganador obtuvo un premio de 2.500 dólares. Tan solo un año después, el premio se duplicó, con 5.000 dólares a Mr. Olympia. Pero el verdadero salto llegó con la película-documental estrenada en 1977, 'Pumping Iron', en el que se relata la rivalidad entre Arnold Schwarzenegger, Lou Ferrigno y Franco Columbu antes y durante Mr. Olympia 1975, la edición celebrada en Sudáfrica que comentábamos antes. La película, hoy considerada un clásico, tuvo críticas muy positivas y fue un fenómeno global que despertó un fervor por el culturismo nunca visto.
Lo más nuevo
Con el impacto que tuvo 'Pumping Iron' y el fenómeno Schwarzenegger, volvemos a utilizar el dinero de los premios como vara de medir la repercusión del evento. En 1978, después de la película, convertirse en Mr. Olympia suponía embolsarse 15.000 dólares, triplicando los 5.000$ del año anterior. Desde entonces, la proyección no hizo más que subir hasta alcanzar los 400.000 dólares actuales. El crecimiento del evento, tanto a nivel de espectadores, como participantes, patrocinadores y demás ha sido verdaderamente impresionante desde sus humildes inicios. La figura de Schwarzenegger, conquistando Hollywood durante décadas tuvo bastante que ver sin lugar a dudas, pero también hay una parte de organización por parte de la IFBB que debe ser reconocida.
Mr. Olympia más allá de Schwarzenegger
En 1980 tuvo lugar uno de los episodios más polémicos de su historia. Para sorpresa de todos, Schwarzenegger volvía a la competición tras cinco años de parón. Ya convertido en estrella de Hollywood y preparándose para el rodaje de 'Conan', se alzó con su séptimo Mr. Olympia. Sin embargo, hubo gran polémica ya que muchos de los participantes acusaron a la IFBB de tongo por darle el título al austriaco sin tener la suficiente masa muscular y estar en peor forma que algunos de sus rivales.
En 1982, Chris Dickerson, el que muchos pensaban que debería haber ganado en 1980, se hizo con su único título, convirtiéndose en el primer atleta públicamente gay en ser Mr. Olympia. En 1984 empezó la época de Lee Haney, que se alzó con el título 8 veces consecutivas, siendo todavía hoy el récord histórico de la competición, tanto en títulos totales como consecutivos.
Justo después Dorian Yates se hizo con seis seguidos y tras él, Ronnie Coleman igualó el récord conquistando ocho seguidos entre 1998 y 2005. Phil Heath ha sido el último en dominar ampliamente la competición con sus 7 Mr. Olympia entre 2011 y 2017. ¿Quién será el próximo dominador?