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Las dos claves de Lewis Hamilton para estar en mejor forma que nunca a sus 38 años
Lewis Hamilton está viviendo una plenitud física y mental a sus 37 años, y todo se debe a dos grandes secretos: una dieta vegana y un entrenamiento que combina cardio y pilates.
23 Diciembre 2020
|En la Fórmula 1 no se ganan siete campeonatos del mundo sin un coche dominador, pero tampoco se ganan si no eres el mejor piloto sobre el asfalto. Negar en 2020 que Lewis Hamilton está en el olimpio de los dioses de la F1 es, o bien seguir cegado por aquel 2007, o bien no tener ni idea de este deporte. Elegido deportista del año por la BBC por igualar a Michael Schumacher en mundiales y ser uno de los rostros visibles y más comprometidos con el Black Lives Matter, Lewis Hamilton se encuentra, a sus 38 años, en su mejor momento.
Su talento innato le llevaría a triunfar tenga la edad que tenga, pero no es casualidad que estemos viendo al mejor Hamilton, tanto dentro como fuera del monoplaza. Solo hay que echar un vistazo a su Instagram para darse cuenta de que el británico está en forma y presenta un físico mucho más cuidado que a principios de la anterior década. ¿Cuál es su secreto? Como él mismo ha explicado a Men's Health UK, este mejorado Hamilton es consecuencia de dos claves: un entrenamiento específico y un cambio de dieta que le ha cambiado la vida.
Clave 1: un entrenamiento que ponga el corazón a mil por hora
Cuando estuvo de moda el entrenamiento que seguía Adama Traoré, lo que más se destacaba era cómo había conseguido esa masa muscular sin hacer pesas. Evidentemente, había gato encerrado en esa afirmación del jugador, ya que sus ejercicios explosivos son todavía más potentes. Ahora nos volvemos a encontrar con unas declaraciones parecidas, aunque en este caso mucho más entendibles: Lewis Hamilton no hace (mucho) levantamiento de peso en sus rutinas. El motivo tiene que ver con su profesión: los pilotos no pueden ensanchar ni coger demasiado músculo en brazos y hombros porque eso significaría aumentar el peso, y en un monoplaza cada gramo es clave. Además, conviene tener un centro de gravedad bajo en el coche, algo más difícil en un tipo muy musculado.
Hamilton, al que seguro le gustaría hacer más ejercicio de pesas y levantamiento de peso del que hace actualmente, centrado simplemente en tonificar la zona, debe optar por otro tipo de entrenamiento enfocado en lograr un sistema cardiovascular óptimo. En una carrera de F1 se alcanzan pulsaciones muy altas, y es necesario prepararse para soportarlas. La solución pasa por basar el entrenamiento en el cardio, o en ejercicios que requieran un pulso alto. Hamilton es un adicto al running, antes hacía boxeo y muay thai, y ahora siempre que puede combina el correr con el ciclismo, el tenis, el esquí o el surf.
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Más allá del running, su otra actividad principal es el pilates, fundamental para ejercitar el core, esa parte desconocida de nuestro cuerpo que es imprescindible a la hora de sentirnos bien con nosotros mismos y que el resto del cuerpo responda a la perfección.
Clave 2: la dieta vegana
El entrenamiento es importante, eso está claro. Pero lo que a Hamilton le ha cambiado la vida y le ha hecho estar más ágil, más en forma y con una mejor condición física "con 35 años que con 25" es abrazar una dieta vegana.
Comencemos por el principio. Como él mismo señala en la entrevista a Men's Health UK, el británico no se privaba de nada. Esto no significa que se dejara llevar, al fin y al cabo es un profesional que cuidaba lo que comía, pero no le hacía ascos ni a los dulces ni a la carne roja, por poner dos ejemplos. La ausencia de un planning más específico provocaba altibajos en su forma física y mental. Había días que se encontraba eufórico, otros en los que se veía bien y otros en los que se notaba constantemente cansado y desganado.
Fue entonces cuando, entre 2016 y 2017, decidió cambiar su dieta y hacerse vegano. Pero no se levantó un día, lo dijo y ya dejó la carne para siempre. El proceso fue largo: "Primero dejas el chocolate, luego la leche y los huevos. Cuando estás preparado, vas dejando la carne y pasas a ser pescetariano, hasta que ya por último dejas también el pescado. No echo de menos nada de eso, y lo único que lamento es no haber empezado esta dieta mucho antes".
Falafel, aguacate, remolacha, frutas... Los alimentos que consume Hamilton en su día a día no tienen nada que ver con lo que comía años atrás, y su cuerpo parece habérselo agradecido por completo. "Ahora me encantan cosas que nunca pensé que comería. Con la dieta vegana, esos picos de rendimiento y forma física que tenía antes se estabilizaron. Pero no solo eso. Mejoré mis hábitos de sueño y de salud. Gracias a la dieta tengo más energía, soy más productivo. Me despierto sintiéndome mucho mejor, con la mente más clara y el cuerpo más ligero. Me recupero más rápido, duermo mejor. Mi piel ha mejorado, y hasta tengo menos alergias. Hay muchísimos impactos".
El impacto para nosotros es ver cómo una dieta ha podido cambiar tanto a una persona. Los que estuvieran tentados a probar el veganismo, ya tienen otro motivo más para dar el paso. Eso sí, lo único que una dieta vegana no conseguirá es que tengáis la destreza de Lewis al volante. Eso ni por todas las plantas del mundo.