Lesión de la fascia plantar: de qué se trata y cómo podemos prevenirla
La fascia es un ligamento que solemos lesionarnos con más facilidad de la que podríamos pensar. Aquí aprenderás todo sobre la fascitis plantar, cómo aparece y las medidas que debemos tomar para tratarla y evitar que aparezca de nuevo.
13 Julio 2022
|Ya conocemos de sobra la importancia que tienen los pies en nuestro día a día, a la hora de soportar nuestro peso, mantenernos en equilibrio y permitirnos caminar de aquí para allá. Y a pesar de ese conocimiento intrínseco, nunca cuidamos la zona como es debido, en gran parte por por pura ingenuidad, por pensar que es muy difícil que nos lesionemos un pie, más allá de un esguince de tobillo. Pero en el interior de un pie hay una gran cantidad de músculos, tendones y ligamentos trabajando casi todo el tiempo. Hoy vamos a centrarnos en uno de esos tejidos fundamentales para nuestro correcto funcionamiento vital, y por ende, uno de los que más tenemos que proteger: la fascia plantar.
La fascia plantar es un ligamento largo y fino que se encuentra directamente debajo de la piel de la planta del pie, formando ese arco tan característico. Este ligamento conecta el calcáneo, más conocido como el talón, con la zona metatarsal, el área situada debajo de los dedos. La fascia tiene una gran función biomecánica al caminar. Comparte la tarea de mantener el arco plantar, absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo, y proteger los metatarsianos con otras partes del pie.
La sobrecarga mecánica, ya sea por actividad física, sobrepeso o alteraciones biomecánicas de la pisada, puede provocar que la tensión y el estrés aplicado a la fascia plantar se vuelva demasiado grande. En el momento en el que el tejido no puede aguantar más, la zona se inflama y dificulta la posibilidad de caminar. También es posible llegar al extremo en que puedan ocurran pequeños desgarros en la fascia. Esta lesión se conoce como fascitis plantar, y es una de las más comunes en los entrenamientos y para las personas mayores de 45 años.
¿Por qué nos lesionamos la fascia?
El por qué de la aparición de la fascitis todavía es un misterio, pero se conocen algunos factores de riesgo como:
- La edad
- Calzado inadecuado
- Sobrepeso
- Alteraciones de la pisada
- Ciertos tipos de ejercicio
- Tendón de Aquiles corto
- Musculatura del pie débil
La fascitis plantar suele causar dolor en la zona interna del talón, que es más intenso en los primeros pasos que damos al salir de la cama. Esto se debe a que la fascia 'se encoge' en reposo y, al dar los primeros pasos, tracciona con más fuerza. Después de caminar un poco, la fascia se estira y suele disminuir la molestia. Sin embargo, el nivel puede aumentar al estar de pie durante mucho tiempo o al levantarse luego de estar sentado.
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Los deportistas lo tienen algo más fácil, ya que para ellos es posible que el dolor sólo aparezca por la mañana y después de entrenar. No obstante, en el momento en que notamos los primeros síntomas, debemos empezar a tomar medidas porque tenemos muchas posibilidades de que la fascitis empeore con el paso del tiempo. Ninguno queremos que esto nos deje limitaciones para la vida deportiva o para la vida normal, así que es mejor tratarla cuanto antes.
¿Cómo nos podemos recuperar de una fascitis plantar?
El tratamiento de la fascitis plantar se divide en tres fases. En la primera se combina medicación antiinflamatoria con sesiones de fisioterapia para reducir la hinchazón. En la segunda, se tiene que hacer un estudio biomecánico de la pisada para saber si la causa de la lesión tiene relación con la forma de pisar. De ser así, es necesario diseñar y fabricar unas plantillas personalizadas que permitan 'destensar' la fascia. Por último, es necesario adoptar unos hábitos correctos sobre estiramientos, y utilizar el calzado adecuado para la actividad deportiva y para la vida normal.
Ignorar la fascitis y dejar que se solucione con simple reposo y estiramientos no solucionará el problema. Comprar zapatillas más cómodas tampoco es la respuesta, ya que la idea de que así se va a pasar el dolor no tiene ninguna validez clínica. Si hacemos eso, no descubriremos la causa de esta patología y es más que probable que volvamos a sufrirla de nuevo. La fascia se puede resentir si no ha tenido un buen tratamiento y puede provocar un desgaste permanente. Sería una pena caminar con dificultades de por vida teniendo todos los medios para evitarlo a nuestro alcance.