4 trucos para no abandonar el gimnasio

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¿Qué necesitas para no abandonar el gimnasio? (aparte de tu fuerza de voluntad)

Con la vuelta a la rutina toca de nuevo ponerse en forma. Pero, ¿cómo podemos no fracasar en nuestra decimosexta vez que nos apuntamos al gym?

Por Celia Varona  |  01 Octubre 2019

Como en todo en esta vida, el ser humano va por épocas. Épocas de cuidarse más, de cuidarse menos. Épocas de trabajo mucho, de estoy más tirando a vago... en definitiva, que parece que eso de la constancia se nos da un poco mal. En este caso, vamos a hablar de algo muy típico: la dejadez en el deporte.

Y es que hay épocas del año claves para el abandono deportivo. Todas ellas se suceden relativamente poco después de un pico fuerte, de una etapa de máxima motivación para empezar la dieta sana, el gimnasio, las carreras diarias... etc. El ejemplo más clave es el de las navidades. Después de esta semanita de excesos (comidas familiares, alcohol, un poco más de sedentarismo de lo normal y muchas sobremesas) todo el mundo nos echamos las manos a la cabeza al volver a la rutina. Una de las formas de sentirnos un poco mejor con nosotros mismos es apuntarnos al gimnasio (cabe decir que los usuarios de estos centros deportivos se disparan a partir de febrero).

Época del gimnasio is coming!

Después del verano pasa algo similar. Cuando vemos que se aproxima la vuelta a la rutina, algo en el cerebro nos hace click y los peores pensamientos nos vienen a la cabeza: adiós al morenito (quien tenga la suerte de coger algo de color en verano) , hola a volver a ver a los compañeros del trabajo, vuelta a los madrugones y a los días más cortos. En definitiva, que tenemos que volver a ser productivos.

Y, dentro de esta vorágine de productividad y de modelo de vida que nos enseñan a tener desde pequeñitos sin apenas planteárnoslo, también hay que estar bien guapos y guapas. En definitiva, ¡es la hora de empezar el gimnasio!

Cuesta, pero creednos: lo mejor es no dejar el gimnasio.
Cuesta, pero creednos: lo mejor es no dejar el gimnasio. Shutterstock

Por muy buenas que sean nuestras intenciones, en muchos casos se quedarán en eso, intenciones. Y en la mayoría de ocasiones, nos sentiremos frustrados mientras vemos cómo abandonamos poco a poco algo que queríamos cumplir. Por eso, a continuación, os enseñamos cuatro tips para tratar de evitar, por todos los medios, la dejadez en el trabajo por nuestra mejora física. ¡Esperemos que os sirvan!

1 Rutina fuera, pero también dentro

Una de las cosas que se suele hacer en el momento que te apuntas al gimnasio es que te redacten y te creen una hoja de ruta, con ejercicios de todo tipo dependiendo de cuáles sean tus objetivos y en función de la forma física que hayan podido medir. Esto, aunque puede agobiarnos (yo quiero hacer lo que quiera, no lo que me manden), nos ayuda a tener una rutina más estable y direccionada.

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2 El gimnasio es un templo

Y esto tenemos que tenerlo en cuenta. El gimnasio que elijamos no puede ser el primero que pillemos. Para que el camino no nos hastíe y caigamos en él: "uf, me da pereza ir hasta ALLÁ", es necesario que el gimnasio esté en una localización cómoda a la que no nos cueste mucho llegar. La gente del mismo también tiene que hacernos sentir cómoda; la disposición del gimnasio y la atención, también es importante.

Estar feliz en el gimnasio es clave.
Estar feliz en el gimnasio es clave. Shutterstock

3 Calendario personal

De la misma manera que tenemos un calendario o una rutina para el gimnasio y los ejercicios en concreto, es bueno tener cierto seguimiento a nivel personal. Ponerse retos individuales y marcados (ya sea en el tablón de anuncios o en el frigorífico de la cocina) puede sernos de utilidad para no decaer. ¡Fuerza de voluntad!

El conocer nuestros progresos sin obsesionarse y cada poco tiempo también puede servirnos de motivación. Eso sí, cada poco tiempo NO es cada día, vamos a dar tiempo al cuerpo a adaptarse.

4 Atención a la comida

Y esto, por mucho que nos fastidie, es así. Si queremos ver resultados claros en el gimnasio, tenemos que controlar un poco lo de la comida. El "voy al gimnasio para comer más", puede funcionar en algún caso, pero bajo ninguna circunstancia estaremos más sanos (aunque adelgacemos).

Come sano, o no habrá gimnasio que valga.
Come sano, o no habrá gimnasio que valga. Shutterstock

Y es que, a la hora de empezar una rutina de vida sana, es importante entender todo lo que supone: no solo ir al gimnasio, sino tener en cuenta el resto de aspectos de nuestra vida. Desde ser conscientes de lo que comemos (y sí, aquí entramos en el mundo del realfooding) hasta vigilar nuestros hábitos en todos los aspectos. Eh, que un día a la semana está hecho para fallar sí o sí, pero cuidarse va más allá de ir al gimnasio.

Para querer coger una rutina de gimnasio y no morir en el intento hay que ser constante. Los tips anteriores pueden servirnos de ayuda pero no hay una fórmula mágica. Es más, un hábito tarda más de dos meses en asentarse en nuestra conciencia, y poco más de una semana en perderse. Coger una rutina es muy sacrificado pero merece la pena, ya que la productividad y el bienestar es mayor. Solo así conseguiremos nuestros objetivos.

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